Este es el espacio donde una Becky deja fluir las ideas, recoge memorias especiales y guarda las lecciones que le da la vida, en medio de la escuela de la cotidianidad.

jueves, 27 de enero de 2011


Y qué tienen que ver mis pantorrillas con los sueños?

Hoy definitivamente me tuve que obligar a correr.  No tenía ganas, sentía frío, y lo único que quería después de regresar a casa de dejar a mis hijos en el colegio, era una confortable tasa de café respirando el silencio de mi pequeño apartamento.  Pero me obligué a salir a correr, tuve que regañarme y darme un sermón a mí misma sobre la constancia, gorra a la cabeza y morral al hombro y a enfrentar mi cuesta una vez más.


De mi recorrido aproximadamente 2.5 km son cuesta arriba, luego regreso más rápido y de bajada, pero la parte más difícil son los últimos 200 mentros en subida, la cuesta es un poco más empinada y debo trotar casi de puntillas, aparte de eso es cuando ya estoy bastante cansada y bañada en sudor, así que muchas veces soy tentada a detenerme en ese punto y terminar caminando o sencillamente regresar.  Sin embargo, cada nueva jornada vuelvo a dominar esos 200 metros trotando, pero para ello necesito recurrir a la "técnica militar" de echarme muchas porras.  Como el sendero es solitario la mayoría de veces digo mis porras en voz alta, así que hoy muy enérgicamente animaba mis pantorrillas: "Vamos pantos!! ustedes pueden!! uno y dos y tres y cuatro!! se que duele!! pero vamos!! este dolor es significativo!! pasará mis pantos!! Urra pantos!! lo están logrando!!"... y de pronto, me percato de dos personas que con ropa deportiva, descansaban recostadas en los árboles...disfrutando con una risita ni siquiera disimulada, de la comedia que les presentaba yo de gratis sudando, corriendo, y echándole enérgicas porras a mis pantorrillas, que por cierto, no se si entendieron que "Pantos" eran mis pantorrillas.


Trágame tierra, me callé, disimulé... y me consolé diciéndome "al menos yo voy corriendo y ellas están descansando a la orilla del camino hum!!" Terminé mis 200 metros y emprendí el retorno de bajada delante de sus curiosas miradas, pero pensaba que ellas bien pudieron creer que me escapé del manicomio o algo así, no sabían que yo necesitaba esas porras para cumplir con mi meta, no podían entenderlo, no sabían que son "Pantos" a lo mejor pensaron que tengo un nombre muy raro, y sin duda alguna se burlaron,  pero para mí la automotivación hizo la diferencia, yo sabía lo que estaba haciendo y tenía sentido para lograr mi objetivo.
Ellas sin duda sintieron al ejercitarse, el mismo dolor y cansancio, su elección fue detenerse a descansar, la mía fue encontrar la forma de encontrar las fuerzas y llegar. 


¿Y qué tienen que ver mis pantorrillas con los sueños? En nuestro recorrido por la vida encontraremos también a personas que no entienden lo que hacemos, que creen que estamos  locos y hasta se burlarán de nuestros intentos, nuestras porras y nuestro esfuerzo, pero cuando tenemos claro lo que queremos, nuestras acciones tienen sentido, al final conquistaremos nuestras cuestas, habrá quienes en cambio, perdieron tiempo irrecuperable, por que al ponerse difícil el sendero, eligieron descansar a la orilla del camino,solo mirando como suben los demás.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno... el ultimo parrafo lo dice todo. Saludos Becky y Bendiciones... saludame a tus Pantos... :)

Becky Son dijo...

Jajaja gracias! les daré el saludo! y es cierto, en el último párrafo está el punto así que gracias por leer hasta el final!

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